El legado de Nelson Mandela
Cuando a los setenta y dos años recuperó la libertad, Nelson Mandela, el preso político más destacado de nuestros tiempos, el Pimpinela Negro,
como lo apodaron sus seguidores, impresionó al mundo por la dignidad de
su poder. Había visto la luz en la región de Transkei, en el seno de la
tribu tembu, pero su destino trascendería hasta el punto de ser líder
de todo un pueblo en lucha contra la política del apartheid (segregación racial).
![]() |
Nelson Mandela (1918-2013) |
Su
militancia política, que se encauzaría tras conocer a Walter Sisulu,
comenzó en el Fort Hare Collage junto a Olivier Tambo. En 1944 los tres
se integraron en el Congreso Nacional Africano (CNA) y
crearon la Liga Juvenil, de linea más radical pero admitiendo siempre la
no violencia. Sus horizontes se ampliaron cuando entró en contacto con
la cultura urbana interracial durante su época de estudiante de derecho.
De esos momentos data su matrimonio con Evelyn Mase. En 1952 fue
elegido presidente de la sección del Transvaal del CNA: comenzaron
entonces los arrestos por las campañas de desobediencia civil y las
acusaciones de "alta traición". Tras el fracaso de su matrimonio, en
1958 se casó con Winnie Madikizela, quien adoptó su apellido y le dio
dos hijos. Dos años después, a raíz de la matanza de setenta y nueve
manifestantes en Shaperville, convencido de la necesidad de apelar a
otros métodos de lucha, pasó a la clandestinidad.
En
1962, representó al CNA, declarado ilegal, en la Conferencia
Panafricana del Addis Abeba, y viajó por todo el continente africano; a
su vuelta, unos meses después, fue capturado y recluido en diversas
prisiones, que sin embargo no lograron desmoralizarlo. El creciente
aislamiento internacional de Sudafrica comenzó a dar sus frutos el 11 de
febrero de 1990, fecha de liberación de Mandela. Sin embargo, tras la
euforia también llegarían momentos dramáticos: la separación de Winnie,
objeto de serias acusaciones, y los rebrotes de violencia en toda la
República Sudafricana. En 1992 se le concedió en Oviedo el Premio Principe de Asturias a la Concordia, y la Academia de Estocolmo le otorgaba ex aequo con Frederik De Klerk el Premio Nobel de la Paz de 1993.
Nelson Mandela nos dejó toda una
generación que seguirá luchando por mantener los valores y derechos que
construyó en vida. Porque su legado es ya una fuente de inspiración para toda la Humanidad, esta misma que hoy en día asiste con indignación al trato inhumano que se da a los emigrantes por parte de los vergonzantes políticos europeos.
Comentarios
Publicar un comentario