La batalla de los Campos Cataláunicos
En Châlons, en la región de Champaña-Ardenas, los ejércitos hunos al mando de su rey Atila se enfrentaron en 451 con las legiones romanas comandadas por Aecio, a las que apoyaron los visigodos, los alanos, los francos salios y los burgundios.
La batalla se llamó de los Campos Cataláunicos o Mauriacos,
pues se libró cerca de Locus Mauriacus. En ella, Aecio y sus aliados se
apostaron en una colina desde donde pudieron repeler las acometidas de
los temidos jinetes hunos, tanto desde el ala izquierda, donde estaban
los romanos, como desde la derecha, donde se apostaron los visigodos con
Teodorico
al frente. No fue una batalla decisiva, ya que Atila llevó al año
siguiente sus ejércitos al norte de Italia y los visigodos se afianzaron
en Aquitania, pero fue una de las últimas victorias de la táctica
romana sobre el superior armamento de los pueblos bárbaros.
![]() |
Disposición táctica de la batalla |
1 -
Disposición: Aecio desplegó a sus romanos en el ala izquierda, sobre
una pequeña colina, y situó a los visigodos en el ala derecha y, entre
ambos, a los alanos.
2 - Ataque: Atila se lanzó contra los alanos mientras el conglomerado bárbaro chocaba con los soldados romanos de Aecio.
3
- Derrota: Atila percibió el peligro de la embestida visigoda, pues
Aecio podía rodearlo por el otro flanco, y huyó a su campamento.
De
las escasas representaciones de las armas de estos pueblos destaca una
pieza de orfebrería longobarda del siglo VII. Se trata del visor del
casco de Agilulfo, de cobre dorado, en el cual, bajo el pretexto de
rendir homenaje a la coronación del rey Agilulfo,
se representan guerreros y jefes militares muy parecidos a los que
estuvieron en la jornada de Châlons. Esta pieza se encuentra en el Museo Nazionale del Bargello, en Florencia.
1 -
Un emisario real: porta una cruz hasta el trono como símbolo inequívoco
que pone de manifiesto la conversión del pueblo longobardo y de su rey
al catolicismo, con la ayuda del papa Gregorio Magno.
2
- Un ángel: flanquea la entrada del emisario con la cruz hacia el
interior de la sala del trono, donde espera el nuevo rey para ser
coronado y consagrado en la nueva fe.
3
- Agilulfo: coronado en el año 590, el monarca espera sentado en el
trono, rodeado de dos guerreros con escudos y lanzas característicos del
armamento longobardo.
4 - La reina: Teodolinda, hija de Garibaldo I de Baviera y esposa de Agilulfo, ha fabricado una nueva corona, la Corona de Hierro, forjada con los clavos de la cruz de Cristo.
5
- Un emisario: porta la Corona de Hierro para ceñirla sobre las sienes
del rey, lo que conferirá a su mandato un carácter divino, como el de
los emperadores romanos.
Comentarios
Publicar un comentario